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Formas de aprender una habilidad más rápido que el resto.

Con este artículo vamos a cerrar una serie de post sobre técnicas de aprendizaje y sobre cómo mejorar la memoria. El resto de la serie de artículos muy recomendados son:

Partimos de la falsa creencia de que cuando una persona ya no es un adolescente, tendrá serias dificultades para aprender una nueva habilidad, cuando lo cierto es que incluso un cerebro oxidado y poco trabajado, puede entrenarse desde cero.
El problema, más que pensar que tendremos más dificultad en aprender, se encontraría en que con la edad pensamos que ya sabemos muchas cosas, y ponemos cientos de excusas para evitar decir la verdad: nos da pereza aprender nuevas cosas.

El cerebro es como cualquier otro músculo, el cual hay que ejercitarlo para que se haga más fuerte, pero al igual que cuando una persona decide apuntarse por primera vez a un gimnasio, el cansancio y las primeras dificultades, harán que esa persona se desmotive de una forma rápida.

Claro que ésto no debería ser así, y para ello vamos a ver algunas formas de asumir a lo que nos enfrentamos.
1. La mente es vaga por naturaleza.
Tanto nuestro cuerpo como nuestra mente, realmente no les gusta trabajar. Si te doy a elegir entre una tumbona en la playa y correr 10 kilómetros, está claro en principio qué es lo que prefieres. Pero tanto la mente como el cuerpo, tienen algo en común, y es que les resulta difícil ejercitarlas, hasta que ese ejercicio se convierte en un hábito.
A nuestra mente, realmente no le gusta enfrentarse a problemas y nuevas habilidades en un primer momento, del mismo modo que cuando vamos por primera vez a un gimnasio y nos ponemos a levantar pesas, nos sentiremos algo torpes y agotados.
Pero después de muchas veces, probablemente notemos un cambio, donde al pensar menos y actuar más, el cuerpo mostrará unos resultados, hasta el punto de que con el tiempo incluso llega a convertirse en algo divertido y reconfortante. Lo mismo ocurre con el cerebro.
Por eso, cuando te encuentres aprendiendo una nueva habilidad, debes estar preparado mentalmente para la dificultad, pues no va a ser fácil, o de lo contrario, todo el mundo lo haría, pero tampoco dejes que eso te desanime. Sigue esforzándote y luchando contra la dificultad y con el paso del tiempo y la práctica todo cambiará y te comenzará a gustar. Ya no será algo fácil o difícil, sino más bien algo automático.
En resumen, el primer paso es la mentalidad correcta y la actitud adecuada ante la dificultad inicial; que la hay. No nos engañemos en ese aspecto.
2. Enfoque y distracciones.
El problema de la mayoría de los estudiantes, es que se ponen a estudiar, pero no se ponen a aprender. Hay todo un mundo de diferencia, y ese punto ya lo explicamos en los anteriores artículos que detallábamos arriba. Este enfoque es muy importante.
Con respecto a las distracciones, cada vez que surge una distracción del tipo que sea, nuestro cerebro debe hacer el trabajo extra de volver, reenfocar y volver a concentrarse. Y para aprender una habilidad concreta de forma efectiva, se requiere una atención completa. ¿Se puede aprender con distracciones?, por supuesto, pero será más complicado.
Por eso mismo, intenta cortar todas las distracciones. Prueba con los bloques de tiempo, en el que durante ese tiempo, no habrá nada más: ni Facebook, ni teléfono, ni televisión, y a ser posible, sin interrupciones de otras personas. Recuerda que cada interrupción nos cuesta un nuevo reenfoque del cerebro, y por tanto, nos drena cada vez más energía, haciendo que debamos dedicar más tiempo, y por tanto, más cansancio.
3. No te mientas a ti mismo.
Cuando tu mente entra en el nivel «vagancia extrema», sentirás cómo una vocecita comienza a decirte que lo dejes para mañana, o que la semana que viene podrás retomarlo más en serio. Ignora esas voces, pues son auto-excusas que producen la ya conocida dilación. 
Es decir, es tu propia pereza dándote motivos para no hacer algo que deberías hacer. Y la única forma de no caer en la dilación es pasar a la acción, y crear una obligación desde ya, hasta que la palabra obligación se transforme en hábito.
El aprendizaje de nuevas habilidades no es nada fácil, pero es necesario para avanzar, y ciertas habilidades harán que nos distingamos considerablemente de otras personas.
Recuerda que no todo el mundo estará dispuesto a hacer el sacrificio de abandonar la pereza para aprender algo, y esa será la diferencia entre el perezoso y el que se esfuerza. Por probabilidad y estadística, el perezoso consigue muchas menos cosas que aquella persona que se esfuerza en algo.
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A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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