Solía decir Donald Trump que el éxito es más difícil de mantener que de conseguir. Y nunca hay que olvidar que aquello que nos lleva a la cumbre, es precisamente lo que nos mantiene en ella. Este es un principio muy básico que, como ya explicamos en nuestro artículo «El peso del éxito«, algunas personas olvidan.
La primera regla del éxito es muy obvia. De hecho, no existe ninguna persona de éxito en los negocios sin ella. Hablamos de…
1. Disciplina.
Se debe mantener la misma actitud tanto en los buenos tiempos como en los malos. Si cada día haces aquello que sabes hacer, de la mejor forma que sabes hacerlo, y sigues cada día aprendiendo y mejorando, siempre tendrás buenos resultados. Las buenas rachas continuarán y las malas rachas se harán más cortas.
Hay que ser disciplinado, ante todo, en nuestra actitud de seguir adelante pase lo que pase. Largas vacaciones, alcohol y drogas son de las cosas más perjudiciales que existen para la disciplina. Además, nos hace perder el enfoque y no nos ayudan a la hora de tomar buenas decisiones.
Estas sustancias han conseguido acabar con el esfuerzo de prometedoras profesiones y carreras de éxito, así como grandes imperios económicos.
(Ver: Cómo ser más disciplinado trabajando en estos tres sencillos pasos)
2. Sé honrado.
Lo que está bien, está bien aunque nadie lo haga. Lo que está mal, está mal aunque todos lo hagan. Aunque vivas en un mundo cada vez más deshonesto, sé siempre honrado.
Solía decir una persona de las pocas que admiraba y respetaba que «una persona sólo tiene dos cosas: su palabra y el honor. Si pierdes cualquiera de estas dos cosas, dejas de ser una persona, y te conviertes en una mierda».
Si para ganar dinero debes engañar a alguien, no merece la pena. En los negocios, tu persona y reputación vale más que cualquier cantidad de dinero que puedas obtener de esta forma. En el largo plazo, las personas que no vuelan recto, acaban perdiéndolo todo o no pudiéndolo disfrutar.
Como siempre digo en este punto, asegúrate de que mañana puedas explicarle a tus hijos sin necesidad de mentirles y sin sentir vergüenza cómo lograste alcanzar el éxito. El éxito comienza con la confianza. Si la gente no confía en ti, no llegas al éxito. Si una vez que alcanzas el éxito, dejas de ser honrado y te ganas la desconfianza, tu éxito se derrumba.
Y en este punto, en los negocios, debemos saber rodearnos de personas honradas también.
3. Tú solo no puedes.
Nadie consigue nada de valor y duradero sin ayuda. Para tener éxito éxito en los negocios es necesario colaborar con otras personas y delegar.
No eres lo suficientemente inteligente como para saberlo todo ni ser un experto en cinco áreas diferentes, pero puedes colaborar con personas que tengan los conocimientos que tú necesitas. Busca a los mejores en su campo, personas íntegras y en las que confíes. Y una vez que las tengas, recuerda lo que decía Steve Jobs: «De nada sirve contratar a personas inteligentes si después les vas a decir lo que tienen que hacer».
Quizás sea el mejor ejemplo que podemos poner, pues a pesar de que la gente recuerda a Jobs como un tipo solitario y de pocos amigos, lo cierto es que Apple está donde está gracias a que Jobs trabajó con los mejores, con personas que eran capaz de plasmar la visión de un hombre en un producto.
Trump y Richard Branson son ejemplos de cómo se puede crecer en los negocios poniendo a personas profesionales y de confianza -también llamados generales- en los puestos clave para quwe cuiden de los asuntos de los negocios como lo harían ellos mismos.
Y si en tus comienzos tienes un mentor, el camino hacia el éxito se puede hacer algo más fácil.
Y una vez que alcances el éxito, no olvides a la gente que te ayudó a llegar hasta ahí. Tampoco a quienes estuvieron contigo cuando todo eran dudas e incertidumbre sobre el futuro. Cuando olvidas de dónde vienes, pierdes el rumbo de hacia dónde vas.
(Ver: Cuidado con los mentores que eliges y con los libros que lees)
4. Conciliación de la vida personal y laboral.
Hay una línea muy fina que separa el trabajo duro y el ser un neurótico que sólo piensa en el trabajo. Hay que ser flexibles con nuestro tiempo. Si bien la disciplina en los negocios exige tener una agenda programada para no perder demasiado tiempo, también debemos dedicar esas horas a lo que realmente importa.
Y es que podemos temporalmente encerrarnos en un proyecto y descuidar amigos y familia (sólo temporalmente), pero después hay que volver a la realidad, o de lo contrario podemos olvidar por qué estamos luchando y qué es lo que realmente es importante.
Dentro de nuestra disciplina debemos incluir el desconectar del trabajo. De esta forma, evitamos el desgaste emocional.
(Ver: Las 6 áreas que debes dominar para controlar tu destino)
5. Contribuye a la sociedad.
Hagas lo que hagas, asegúrate de contribuir y retribuir a los demás. Como decía Richard Branson, un negocio que sólo hace dinero, es un mal negocio. Una persona que se la recuerda únicamente por haber amasado mucho dinero sin saber qué hizo esa persona por la gente y por el mundo, no tiene mucho legado que dejar.
Es por eso que cuando veo las críticas hacia Bill Gates, Steve Jobs, Warren Buffett, Amancio Ortega… no acabo de comprender qué parte no han comprendido los «criticadores» de lo que estos multimillonarios han hecho por la sociedad.
Su fortuna simplemente es la recompensa de su contribución a la sociedad.
Crear valor, crear puestos de trabajo, ayudar a prosperar a los demás, enseñar, etc… ayudar a los demás, de una u otra forma, aporta una plenitud que no suele asemejarse a nada que hayas alcanzado antes – Ésto lo dijo Arnold Schwarzenegger en «sus reglas para alcanzar el éxito«.-
Ver: Las 32 reglas para ser un empresario de éxito, por James Altucher
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