Hemos hecho infinidad de artículos y algunos vídeos dedicados al tema de cómo vencer la pereza o dejar de posponer las cosas. La disciplina es esencial para tener éxito en cualquier campo. Sin disciplina, las cosas no suelen suceder y los objetivos que nos marcamos en la vida no suelen cumplirse. La procrastinación se ha convertido en uno de los grandes males de la sociedad, y más teniendo en cuenta que estamos llenos de distracciones.
En otras ocasiones, aún teniendo claro que debemos hacer algo, nos invade la pereza porque odiamos eso que vamos a hacer. Aquí explicamos cómo mentalizarte para hacer esas tareas que odias, lo cual podría considerarse la primera estrategia.
También dimos algunos trucos para ser más disciplinados y evitar la dilación, donde hablábamos de anclar un esfuerzo a una recompensa o anclar un buen hábito a un mal hábito.
Y por último , hablamos de la estrategia que usó Victor Hugo para vencer la dilación.
El efecto akrasía: Por qué no hacemos lo que nos propusimos hacer.
Una nueva estrategia para vencer la dilación o procrastinación
Imagina que estás tratando de comenzar un proyecto que debes hacer, o que quieres escribir un libro o redactar un artículo. Pero no te salen las palabras, no encuentras el momento para ponerte a escribir o dejas ese proyecto para otro día que tengas más ganas.
¿Por qué no estás haciendo lo que sabes que deberías hacer?
La causa podría ser la falta de motivación o la falta de creatividad. Algunas otras personas lo llaman «resistencia». Puede llegar a ser frustrante. Cuando la pereza o la falta de motivación nos llega, puedes llegar incluso a notar que te sientes más débil.
El tiempo pasa y nada cambia, con el añadido de que te encuentras pegado al ordenador sin hacer nada productivo. Sólo viendo algunas frases y cartelitos en Facebook, respondiendo Whatsapp de tus amigos o viendo vídeos estúpidos de Youtube.
Las horas siguen pasando hasta que llega la hora de acabar. Miras lo que has hecho y la respuesta es que no has hecho nada. Aunque no lo creas, esto trae bastantes consecuencias psicológicas, pues el perezoso no suele sentirse bien consigo mismo. Sabe lo que es y sabe que no ha hecho algo que debería haber hecho.
¿Qué hacer cuando estés atascado?
A todos nos ha ocurrido en algún momento que nos quedamos atascados. No nos llega la inspiración o nos falta la creatividad.
Es ahí donde entra la estrategia que Zat Rana se ha encargado de recordarnos. Dicha estrategia para dejar de procrastinar proviene de un viejo dicho que no debemos olvidar:
Cuando estés atascado, haz más.
Puede parecer que este dicho no tiene sentido, pero lo cierto es que es la única forma en que podemos vencer la procrastinación: «Si la dilación consiste en perder el tiempo y no hacer lo que debemos hacer, la única forma de vencerla es haciendo algo»
Cuando explicamos la diferencia entre los aficionados y los profesionales, poníamos el ejemplo de James Clear, el cual le decía a un escritor:
«Yo sólo escribo cuando estoy motivado. Siento que hago mi mejor trabajo cuando estoy motivado»,
Y el escritor le respondía: «Igual que yo. Pero yo todos los días a las 8 de la mañana me motivo».
El problema con la inspiración
La gente normalmente asume que necesita inspiración para hacer algo. Y creen que esa inspiración va a venir en forma de emoción, de altas dosis de imaginación o en forma de señal.
Algunos supongo que se han creído del todo eso de que Newton estaba bajo un árbol descansando cuando le cayó la manzana en la cabeza y entonces le vino la creatividad e inspiración que le llevaría al descubrimiento de la teoría de la gravedad.
Lo cierto es que es muy probable que Newton estuviera semanas pensando sobre ello, y siguiera pensando en ello mientras estaba sentado en el retrete. Y tras tanto pensar, ahí en el retrete, daría con la clave que uniría las piezas. Claro que me imagino que quedaría mejor decir que se le ocurrió la teoría de la gravedad porque le cayó una manzana, antes que decir que estaba sentado en el retrete cuando dio con la teoría. (Vale, pero ésto son cosas mías del verano :-))
Con la inspiración ocurre todo lo contrario.
Lo cierto es que no hay que estar inspirado para hacer algo. Es todo lo contrario. Haciendo es como te inspiras. La acción es lo que fuerza la inspiración.
Cuanto más haces, más puedes hacer y más quieres hacer. Cuanto más avanzas, más fácil ves lo que queda por hacer. Así que lo único que debes hacer es comenzar.
Pero ese es el problema de la dilación: Comenzar.
Para resolver este dilema, únicamente debemos aplicar el «hacer más», y podemos / debemos comenzar con ganas o sin ganas. No importa demasiado.
De las tareas que tienes por hacer, comienza por aquella que puedas hacer sin necesidad de tanta inspiración o creatividad. Es decir, si tienes correos por contestar (correos importantes), comienza por ahí. Si tienes que archivar algunos documentos, archiva documentos. Ve haciendo esas tareas y te darás cuenta que a medida que vas a acabando las tareas de menor importancia, tu propia mente te irá pidiendo más. Aumentarán tus ganas, tu creatividad y tu inspiración.
El hacer pequeñas acciones irá dando paso a realizar otras acciones más importantes.
El concepto de energía de activación.
En química existe este concepto de energía de activación: La cantidad de energía base requerida para que una mezcla de reacción avance.
El umbral de acción que necesitas para realizar una tarea lo podrías comparar con este proceso químico.
Cuando intentas escribir y no puedes es porque la energía de activación que necesitas es realmente alta. Así que es más difícil para ti el forzar la activación. Por otra parte, la energía de activación que necesitas para contestar correos es baja. Así que comienza por ahí.
Es entonces cuando a medida que haces más y más tareas, esa energía se acumula y se suma. En algún momento, tendremos la suficiente energía acumulada para realizar la tarea más importante.
Así que haz eso. Haz más. Comienza por pequeñas tareas que requieren bajas dosis de energía, creatividad o inspiración. Una vez acabes con ellas, estarás motivado para abordar la tarea más intimidante. Estarás preparado para dejar de procrastinar y vencer la dilación.
En cuanto aplicar esta estrategia se convierta en un hábito, estarás más cerca de ser una persona disciplinada.
Excelente artículo Carlos: La idea es ir de menos a mas hasta que por inercia se llegue a la tarea principal por hacer no es así? La implemento ya mismo y tengo entendido que para que algo se convierta en hábito se necesita hacerlo entre 21 a 30 día para que se establezca como tal; realmente excelente. Saludos desde Lima, Perú.
Muchas gracias, Jorge. el tema de los días para establecer un hábito, creo que es muy relativo. Hay quien dice que son 62 días, otros 28 días. Yo no entiendo mucho de ese tipo de psicología al respecto de crear un hábito. lo único que sé, es que así lleves 2 años con un hábito, si comienzas a fallar un día, y un segundo día, el tercero viene de camino y volvemos a dejar de entrar un mal hábito. Un abrazo, y gracias por tu comentario.