El problema de la crisis griega podría afectar a Europa mucho más de lo que podemos llegar a imaginar, y es que los datos que tenemos sobre Grecia no son muy reconfortantes para pensar que existirá una salida feliz. La pregunta es si Grecia está «averiada» o está rota. Otro dato que incomoda a la economía española, es que cada vez que en Estados Unidos se habla de la crisis griega, de una forma o de otra, en nombre de España sale a relucir.
Grecia tiene una deuda soberana de 340,000 millones de euros y si tenemos en cuenta que es un país que no alcanza los 12 millones de habitantes, podríamos decir que cada habitante griego tiene que pagar 30,000€.
El primer paquete de rescate fue de 110,000 millones, insuficiente si tenemos en cuenta que su deuda equivale a un 150% de su producción anual. Ahora, este segundo paquete de rescate de 120,000 millones va servido de polémica al ir acompañado de unas peticiones por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, los cuales piden que se aumenten las medidas de austeridad con más recortes salariales, más privatizaciones y más subidas de impuestos, cosa que el pueblo griego no está dispuesto a asumir teniendo en cuenta que el desempleo está aumentando considerablemente, por no olvidar que el pago de la deuda va acompañado de un 4% de interés.
La mayoría de los griegos, en varias encuestas realizadas no van a ceder, por lo que se espera que las huelgas de los ciudadanos aumenten considerablemente y cada vez se vuelvan más violentas.
El pueblo sabe cómo se llegó a esto. Una situación tan penosa de un país solo se consigue con corrupción, evasión de impuestos por parte de grandes corporaciones, consentimiento político ante los desfases de la banca y buscando un crecimiento que únicamente provocó un aumento de la deuda. Grecia es el reflejo de lo que ha ocurrido en toda Europa.
Por parte del Gobierno griego, cuando presentó las cuentas de su situación, ocultó algunos números que mostraban que Grecia estaba mucho peor de lo que su gobierno reconocía. Mintieron, y por eso no sirvió el primer rescate.
¿Qué ocurriría de no solucionarse la situación griega?
Aquellos que sean creyentes podrían ir rezando, pues si este segundo rescate fracasa, Grecia produciría un contagio a todo Europa de consecuencias previsibles, aunque de niveles desconocidos. Comenzaría contagiando a países que ya han sido rescatados y que tienen colaboración conjunta, sobre todo, si tenemos en cuenta que más del 60% de la deuda griega se está pagando desde 17 países distintos. Comenzaría afectando Islandia y Portugal, seguido de Francia, país que ha hecho grandes aportaciones a Grecia, hasta llegar a España.
Si se diera el caso de que España tuviera que ser rescatada, podríamos hablar del fín del sistema financiero europeo, teniendo en cuenta que un rescate para un país de más de 44 millones de personas no saldría barato. La confianza entre gobiernos desaparecería, los bancos dejarían de prestarse entre sí, y otras consecuencias desconocidas. Una vez provocada una crisis europea, contagiaríamos a Estados Unidos empeorando la enfermedad financiera que ya padece. Es decir, como bien dice el «Doctor Catástrofe», lo peor está aún por llegar.
En fin, esperemos que el nuevo rescate griego funcione. No sé si os habéis dado cuenta que mientras hablábamos de la situación griega, el texto es muy similar a cuando se habla de España, al menos en las medidas de «austeridad».
