Principio fundamental de la Ley de Murphy: «Si algo puede salir mal, saldrá mal». Recuerda esto a la hora de poner tu dinero en cualquier tipo de producto bancario de renta variable. No sabemos cual será el número de reclamaciones exactas diarias que recibe un banco por parte de clientes que se sienten estafados. No obstante, con un banco no existe una estafa como tal, sino un gran error al no leer o saber leer la letra pequeña del producto que nos ofrecen.
La última obra maestra de los bancos se encuentran en los fondos de inversión que utilizan un sistema de control del riesgo basado en el VAR (Valor en Riesgo). Estos fondos son llamativos cuando nos los presentan en la entidad. Ponemos un ejemplo de cómo se va nuestro dinero sin tener la posibilidad de reclamar.
Imaginemos que nos presentan un fondo de inversión con VAR del 95% de probabilidad, cuya rentabilidad será de un 11% y las pérdidas máximas del 3%. Es un fondo para un inversor moderado, pues la inversión no es segura pero aparentemente no tiene riesgo muy alto. Es cuando el cliente pregunta al «comercial» del banco:
¿Me lo puede explicar mejor?, ¿Significa que tengo un 95% de probabilidad de ganar un 11% y únicamente una probabilidad del 5% de perder un 3% de mi dinero?
Es entonces cuando el señor del banco te lo vuelve a explicar:
Este fondo con un VAR del 95% significa que la pérdida máxima esperada es de un 3% con un nivel de confianza del 95%.
Dicho de este modo, se nos queda claro que tenemos un 95% de probabilidad de no perder dinero, o al menos de no perder más de la pérdida establecida (3%). Pero… nada más alejado de la realidad en este tipo de fondos, pues con un banco debemos tener presente la Ley de Murphy, y es que si tenemos un 5% de probabilidad de que algo salga mal, ese 5%, en un 95% de las ocasiones será el resultado que obtengamos (si no perteneces a la banca privada).
Es cuando una vez te das cuenta que has perdido todo o gran parte de tu capital, te diriges a ver qué ocurrió, pues es evidente, que el banco no ha cumplido. Y es entonces cuando el banco te explica la realidad de lo que firmaste, osea, de lo que no llegó a decirte claramente pero que mira por dónde, estaba puesto en esa letra pequeña escrita en un lenguaje técnico que pocas personas entienden o tienen tiempo y/o ganas de leer.
«Se establece una pérdida esperada máxima del 3% con un nivel de confianza del 95%. Por tanto, la pérdida máxima esperada con una probabilidad del 95% sería ese 3%. Sin embargo, en el 5% de las ocasiones, esta pérdida podría ser mayor al 3%, pues este producto estima la pérdida esperada que se podría sufrir en condiciones normales de mercado.»
Si el mercado ha tenido turbulencias, ya no estaríamos dentro de condiciones normales de mercado, y por tanto, los gestores del fondo tienen libertad de movimientos para actuar en consecuencia y así salvar sus propios muebles aunque para ello deban provocar una pérdida de rentabilidad superior a la estimada a los integrantes del fondo.
Aclaramos que actualmente el mercado actúa de una forma que no es nada normal, y por tanto, no hay mejor fondo de inversión que el que nosotros mismos podamos hacer diversificando nuestro capital en varios productos o valores.
Si te sirve de consuelo, hace poco se ha escrito un libro donde se explicaba que un mono con los ojos vendados y lanzando dardos a los valores ha tenido muchos más aciertos que los analistas de inversión de la banca.
Es por eso, que si pones tu dinero en manos de un tercero y tienes un 1% de probabilidad de perder, ten siempre en cuenta al mono lanzando dardos con los ojos vendados y la Ley de Murphy, pues casi con total seguridad, estás dentro de ese 1%.
- Invertir en un fondo de inversión. Que no te la meta el banco.
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