Tener una persona en prácticas (o varias) en nuestra empresa: es una responsabilidad, inicialmente una sobrecarga de trabajo, asumir riesgos y errores evitables, pero también es: potencialmente un nuevo compañero, un posible trabajador en caso de ampliación de la plantilla y una eliminación de trabajo que realiza.
El alumno de prácticas positiviza la empresa, dándole sangre nueva llena de los conocimientos más actuales, que puede aportarnos beneficios en nuestros procesos productivos y es, también, la sensación personal de haber enseñado el mercado laboral a una persona, en las que muchas veces, es su primera experiencia laboral seria y donde va a poner en práctica todos sus conocimientos adquiridos en el Centro Educativo.
Conseguiremos reducir trabajo, pocos costes financieros, pero a medio y largo plazo, tendremos un posible compañero en caso de ampliación de plantilla, por ello, es necesario elegir al mejor candidato posible para nuestra empresa.
¿Cómo hacerlo?
A través del centro educativo.
Requisito imprescindible para formalizar unas prácticas en la empresa.
Debemos tener muy claro las cualidades personales del candidato que buscamos, las tareas encomendadas y las características personales, con ello, acudiremos al centro educativo y solicitaremos al profesorado el mejor alumno que se ajuste a nuestras necesidades.
Cuanto más detalle de la prácticas, cuyos mejores sean los objetivos de la práctica y las responsabilidades del alumno, mejor será la selección que realicen para ser formado en nuestra empresa.
Realiza un pequeño proceso de selección.
Solicita el centro que te deje conocer a todos sus alumnos. Haz con ellos un pequeño proceso de selección, desde dos objetivos fundamentales que consigan en el beneficio mutuo de ambas partes:
a) Para el candidato, recién salido del mundo estudiantil, permítele conocer un proceso de selección participando activamente del mismo. Conocerá a que se va a enfrentar en el mercado laboral.
b) Para la empresa: este proceso permitirá conocer a los alumnos y buscar las mejores opciones para su centro de trabajo.
Una dinámica de grupo, enmascarada en un juego, permite ver condiciones y talentos de los alumnos en prácticas. Quienes participan, quienes lo tienen como una actividad novedosa y se involucran en el juego o, quienes su timidez o desinterés no les permite participar del juego (para ellos), dinámica de grupo (para la empresa).
Como todas las dinámicas en grupo, no concluirás con el mejor candidato, sino con varios. A ese pequeño grupo, realiza un segundo juego que te permita discernir más entre ellos a las mejores opciones, siempre desde el beneficio mutuo de ambas partes.
En el centro de trabajo
El proceso de selección no acaba en el aula. Es el centro de trabajo donde mejor podemos ver las cualidades profesionales de nuestro alumno en prácticas. De la atención que le prestes, de lo preparado que hayas dejado hecho sus funciones profesionales y de vuestra paciencia, conseguiréis que la persona que aprende un oficio en tu empresa, consiga involucrarse en ella, aprender, liderar, sentirse independiente y realizar un trabajo con la calidad y profesionalidad de un veterano.
Sin olvidar las aportaciones que pueda realizar a los procesos productivos de tu empresa, que al conocerlos y repasarlos con la parte teórica de sus estudios, puede aportarte ideas de mejora que puedan serte de gran utilidad.
¿Se te ha dado el caso? Cuéntanos tu experiencia con las prácticas.