La hamaca, el chiringuito, la cerveza fría, la siesta, no madrugar, el ocio, los placeres diarios se acaban. Amenaza la reincorporación al trabajo (los que tengan la fortuna de trabajar) y empezamos a echar juramentos, porque no queremos volver a lo cotidiano que nos priva de esos caprichos que nos han hecho felices durante los últimos días.
Y los estudios dicen que un tercio de la población activa entre los 25 y 45 años sufrirá el denominado síndrome postvacacional, una situación de malestar general debido a la incapacidad de adaptación al trabajo después de un periodo de vacaciones.
Se pueden presentar dos tipos de síntomas: físicos y psicológicos. Estos síntomas pueden ser: cansancio, falta de apetito, somnolencia o insomnio, taquicardia, dolores musculares, irritabilidad, ansiedad, tristeza o una profunda sensación de vacío.
Prevención.
El método más fácil de prevención, es acortando los periodos vacacionales si la empresa lo permite. Un periodo largo de vacaciones propia el cambio de hábitos de malos a buenos y, cuando se produce a la inversa, quitar los buenos momentos es duro para cualquiera. El consejo es, reducir los periodos de vacaciones repartiéndolos durante distintas etapas del año.
Otra posibilidad, cuando los periodos son largos por exigencia de la empresa o del trabajo que tenemos, es entrenar, sí como los deportistas. Días previos al regreso al trabajo, intentemos ir modificando nuestros hábitos hacía el compromiso laboral: nos levantamos antes, menos siestas, menos ocio….
Lo más sensato y real es, quitarlo importancia. No son síntomas de mala salud y no puedes evitar ir a trabajar. Por lo tanto, a esos sentimientos negativos, lo mejor, es no hacerlos caso. Simplemente se pasan después de un periodo de readaptación a la nueva vida. Ya vendrán otros tiempos donde volverán esos caprichos y siempre queda el recurso de los fines de semana.
También puedes intentar empezar en un día laborable que no sea lunes. Para que la sensación de trabajar la semana completa no te agobie tanto y, llegue el descanso de fin de semana antes, para regresar a esas sensaciones positivas que ofrece el tiempo de ocio.