En mayo de 2014 hablábamos de un joven que había hecho una gran cantidad de dinero apostando en contra de Herbalife, un día antes del anuncio de la famosa presentación de Bill Ackman en la que se ponía en duda la legitimidad del negocio de dicha compañía.
En aquel momento se hablaba de unos 20.000 dólares, aunque finalmente, la ganancia de este joven había ascendido a 47.000 dólares. Nada mal para una operativa bursátil de unos pocos días.
Ya que hace poco hablábamos del tipo de delitos de cuello blanco, aquí tenemos un claro ejemplo de cómo actúa, al menos la justicia americana sobre ellos.
Imagen: Charlie Sheen en Wall Street. |
La SEC ha acusado a este joven y su compañero de piso de abuso de información privilegiada, al entender que su compañero de piso, un trabajador del Pershing Square Capital, había contado a su compañero de piso que su jefe, Bill Ackman, gestor del fondo, iba a hacer una presentación en la que derribaría el precio de las acciones de Herbalife.
Hasta aquí es todo legal, de no ser porque supuestamente, el joven, usó esa información para abrir una posición bajista sobre la compañía Herbalife, justo el día antes de la presentación, en diciembre de 2012, una posición especulativa que le reportó al joven unas ganancias de 47.100 dólares.
Ahora, este joven ha sido acusado formalmente y deberá pagar una multa de 47.100 dólares, que es exactamente el importe de la ganancia obtenida supuestamente de forma fraudulenta.
No obstante, según se publica en la web de FoxBusiness, tanto el trabajador del Pershing Square como el joven «ganador», no han admitido las acusaciones, y sus abogados lucharán por evitar la multa basándose en que fue una inversión que casualmente coincidió con aquel acontecimiento.
Lo cierto es que es demasiada casualidad que una persona de el «pelotazo» de su vida un día antes de un acontecimiento que únicamente conocían los trabajadores a cargo de Bill Ackman, y que además, coincida que uno de ellos compartía piso con el joven. Probablemente sean demasiadas casualidades.
Aunque nos falta información, parece que en principio, el compañero de piso que pasó la información confidencial, ha dejado de trabajar para el Pershing y ha manchado su expediente y reputación para futuros trabajos en la industria de Wall Street.
Y esto es lo que ocurre cuando ganas dinero de esta forma y no te cubres correctamente las espaldas, pues lo cierto es que el abuso de información privilegiada, digan lo que digan, es una de las prácticas más comunes y frecuentes en los mercados financieros, pero es la más difícil de demostrar.
Y en este caso, a pesar de que la cuantía es mínima para un delito de este tipo, lo cierto es que no es difícil demostrar al convivir ambas personas bajo el mismo techo, cosa que de no haber sido así, ahora mismo el joven estaría disfrutando de sus 47.000 dólares sin que nadie pudiera acusarlo, salvo de haber tenido mucha suerte.