No es el primero ni será la última persona que un día pensó que ser rico solucionaría todos sus problemas, y en cambio, su vida empeoró considerablemente. Voy a resumir la historia de Markus Persson de una forma breve para poder pasar así directamente al asunto.
Markus Persson creó un videojuego llamado Minecraft. Su videojuego ahora ha sido comprado por Microsoft por 2.500 millones de dólares. Persson comenzó a disfrutar de su nuevo estado de multimillonario, y hace unos días incendió las redes sociales al asegurar que ser multimillonario para él es un infierno, explicando que su novia le ha dejado al darle miedo su nuevo estilo de vida, que sus amigos de toda la vida no tienen tiempo para él, y que a pesar de salir con nuevos amigos ricos y poder hacer todo lo que quiera con quien quiera, aun así, se siente más solo que nunca.
Y muchos de los lectores, en este momento estarán diciendo: «menudo idiota.. si yo fuera multimillonario, anda que iba a estar triste». Pues bien, lo cierto es que existe una alta probabilidad de que cualquiera de los que están criticando a este nuevo rico, se sintieran exactamente de la misma forma que él se siente en estos momentos.
Es el eterno debate que siempre tengo con las personas de mi entorno, y es que a pesar de lo que pensamos, prácticamente nadie está preparado para recibir una gran cantidad de millones; prácticamente nadie está preparado para gestionarlos, y prácticamente nade está preparado para disfrutar de esa nueva vida.
Tanto si hablamos de ganar una suma alta (más de 2 millones de euros en la lotería), como si hablamos de crear una empresa y venderla con la idea de disfrutar de la vida, lo más probable es que en lugar de haberte caído una bendición, le haya caído una de las peores maldiciones.
Recientemente conocimos el caso de un joven de 27 años, que tras hacerse rico y retirarse para disfrutar de su nueva vida, sólo tardó 3 semanas en volver al trabajo, puesto que se cansó de hacer todo aquello que soñaba poder hacer.
Como reza el viejo dicho: «ten cuidado con lo que deseas, pues puede ocurrir que se cumpla».
¿Por qué ocurre ésto?
La pregunta ante por qué los nuevos ricos acaban viviendo un infierno, tiene una respuesta muy sencilla: se debe a la falta de propósito y misión en la vida, y la falta de metas constantes.
Si tu único objetivo es tener suficiente dinero para retirarte y no hacer nada (o hacer todo lo que quieras), lo más probable es que una vez lo consigas, te conviertas en un muerto en vida. Eso explica el alto porcentaje de nuevos millonarios que acaban teniendo problemas con las drogas y el alcohol. Digamos que son personas ricas pero con una gran crisis existencial, las cuales han luchado toda su vida por salir adelante, motivadas por ganar más dinero, y así poder hacer más cosas, y siendo ese su único objetivo, cuando lo alcanzaron, se quedaron sin nuevos objetivos, descubriendo que habían idealizado una meta basada únicamente en dinero.
(Ver: Por qué los ricos no quieren retirarse)
¿Por qué ésto no le ocurre a los multimillonarios como Warren Buffett, Bill Ackman o Mark Zuckerberg?
Esta parte es la que le cuesta creer y entender a la mayoría de las personas. Para estos multimillonarios, irónicamente, el dinero no es una causa, sino una consecuencia de su trabajo bien hecho. Warren Buffett sigue teniendo la pasión del primer día, sigue aprendiendo y sigue disfrutando de su pasión (hacer negocios, invertir, y ayudar a otras empresas gracias a su inversión).
Bill Ackman, al cual se le calcula un patrimonio de 9.000 millones de dólares, no deja de asumir retos. Sigue compitiendo en el mercado (su pasión), y sigue teniendo retos como, por ejemplo, tumbar a Herbalife en estos momentos.
Mark Zuckerberg podría haber vendido Facebook y haber ganado más de 25.000 millones de dólares para no tener la necesidad de volver a trabajar en toda su vida, pero no escogió esa opción, porque le gusta la competición, nuevos retos, nuevos objetivos y nuevos hitos que superar en Facebook.
(Ver: 8 lecciones de vida de Warren Buffett)
¿Por qué ésto sí le pasa a las personas de clase media y baja?
Es sencillo. La mayoría de las personas no tienen un propósito definido en la vida, ni una misión. Trabajan para vivir y viven para trabajar, soñando en todo lo que podrían hacer si no tuvieran necesidad de trabajar.
Como alguien dijo por ahí: «Si trabajas en lo que te gusta, tendrás vacaciones todo el año».
De hecho, estas personas no son felices con su actual vida, y piensan que si tuvieran mucho dinero, serían muy felices. Cuando tienen esa «suerte», son felices un tiempo por la emoción del momento, pero con el tiempo descubren que no serán felices ni sin dinero ni con dinero, pues la felicidad la tienes o no la tienes, No es algo material ni algo externo; habitas en la felicidad o habitas en la infelicidad.
Es por eso que estadísticamente (y nunca hay que ignorar las estadísticas), las personas que han recibido grandes premios millonarios en una lotería, por regla general, años más tarde estaban peor que cuando no tenían dinero. Sus vidas, para la mayoría, habían cambiado para peor en todos los sentidos.
(Ver: El peligroso mensaje de Tim Ferris en la Semana Laboral de 4 horas)
Desde el chico de Granada que se gastó 15 millones de euros en 8 años en drogas, alcohol y prostitutas, hasta esa otra familia española que recibió los millones celebrándolo con el divorcio de la pareja, y años más tarde con la entrada del padre en una clínica de alcohólicos anónimos, donde más adelante ingresaría su propio hijo.
Se suele subestimar el mensaje que en ocasiones lanzamos: «No te centres en ganar un millón de euros, y céntrate en ayudar a un millón de personas».
Si logras crear algo que mejore la sociedad, y que ayude a las personas, el dinero vendrá detrás. Con el tiempo, querrás hacer llegar tu producto aún a más personas, tendrás competencia y te verás obligado a luchar contra esa competencia. Ésto, a su vez, sería tanto tu misión como tu propósito, y por tanto no se agotaría tu ánimo por seguir luchando y mejorando.
En esta vida puedes aburrirte de todo, salvo de ser mejor cada día, y cada día aprender cosas nuevas. Los japoneses lo llaman Kaizen, y el Kaizen consiste en la constante mejora en la búsqueda de la excelencia, lo cual es un proceso que nunca termina. De esta forma no pierdes el propósito y la misión de ser mejor cada día en aquello que hagas.
En cambio, tumbarte en una hamaca, salir de fiesta, beber, y viajar para para tumbarte en la playa, salir de fiesta y beber, provoca a largo plazo algo muy habitual, y es que al final de la noche, cuando vas a dormir, y te preguntas: «¿Qué he hecho hoy?», encuentras la respuesta de todos los días y últimas semanas y meses de tu nueva vida de rico: «Nada, no he hecho nada». Y una vida en la que no se hace nada, es una vida vacía. Y las vidas vacías pesan más que una vida llena.
Por tanto, encuentra tu propósito en la vida más allá de la riqueza rápida, porque la riqueza rápida es muy probable que acabe contigo si no existe ese propósito.