A veces, las personas son despedidas de sus trabajos y no tiene por qué haber siempre un motivo reprochable hacia nuestro trabajo o profesionalidad. En ocasiones, únicamente se debe a un recorte de personal, y Recursos Humanos saca números para ver qué despidos son más baratos. Tristemente, a pesar de que vivimos en la época en la que se vende el quedarse con personas válidas, ante estas circunstancias, no siempre se quedan los mejores, y no siempre salen los «mediocres».
(Ver: 6 señales que indican que debes despedir a un trabajador)
No obstante, el hacer un buen uso de las habilidades sociales, puede librarte de este tipo de cribas. Básicamente hablamos de que las personas encargadas de tomar esta decisión te conozcan y sepan de ti. Despedir a un trabajador anónimo es fácil para una empresa. Despedir a alguien que conoces, suele ser más duro si tienes la opción de despedir a otro (Ya explicamos este punto cuando hablamos de la regla del 50 – 30 – 20 para el éxito en tu carrera)
Imagen: Damages |
El caso es que mucha gente es despedida, y prácticamente nadie lo ve venir, aunque pudieron observar algunas señales.
¿Pueden despedirte por no caerle bien a tu jefe?
Lo cierto es que sí pueden. Y de hecho, es más común de lo que se piensa. Personalmente he visto numerosos casos de gerentes que han pronunciado las palabras:
– Voy a despedir a Pepe
– ¿Por qué?
– No lo sé, no me gusta.
Siendo Pepe un trabajador mucho más competente que otros e incluso menos conflictivo. Debido a que no podemos caerle bien a todo el mundo, a veces estas cosas pasan. En otras ocasiones se debe a las creencias políticas, religiosas, o algo tan sencillo como como un debate sobre alguna idea que nada tenía que ver con el trabajo.
Hay jefes que sienten más apego por unos, y desprecio hacia otros. Para algunas personas, no siempre tiene que haber motivos coherentes para tener a alguien entre ceja y ceja.
¿Cómo saber si no le caes bien a tu jefe?
Es fácil de averiguar. Si tienes la sensación de que no le caes bien a tu jefe, lo más seguro es que así sea. No hay señal más poderosa que ésta: tu propia intuición. En este caso no significa que vayas a ser despedido, pero tienes más papeletas en la urna para salir de la empresa llegado el momento.
La señal más clara.
Pero el más poderoso indicador de que tu trabajo está en peligro es recibir constantes críticas sobre tu trabajo, sobre tu conducta o sobre el desempeño.
Al igual que en una relación sentimental, cuando las críticas y correcciones superan en número a los elogios, el despido está asomando la cabeza.
Evidentemente, no hablamos de críticas constructivas, sino de críticas a secas y llamadas constantes de atención por cualquier cosa, siendo en ocasiones un sutil mobbing. Si además, las críticas y comentarios negativos sobre tu trabajo se hacen por escrito, probablemente la intención de despedir sea inminente.
Llegado este punto, el trabajador, haga lo que haga, ya nunca tendrá una aprobación por parte de ese jefe, pues cuando un jefe quiere que mejores, no sólo hace críticas, sino que te da «la de cal y la de arena», aconsejándote cómo puedes mejorar aquéllo que se critica.
Llegado el punto en el que un trabajador únicamente recibe críticas y llamadas de atención, éste debería ir haciendo una discreta búsqueda de trabajo, pues siempre será más fácil encontrar un empleo estando empleado que hacerlo una vez que has sido despedido.
Un toque de atención a los jefes.
Entendemos que algunos ejecutivos no tienen intención de despedir a una persona a pesar de que la están avasallando constantemente con todo tipo de críticas. Este comportamiento únicamente puede empeorar el desempeño de esa persona.
El liderazgo autoritario ya pasó de moda. Si bien en los animales, puede mejorarse su desempeño con el refuerzo negativo, miedo y castigo, en las personas ha quedado demostrado que aumentan su productividad cuando se usa el refuerzo positivo. Podemos llamar la atención a una persona o un trabajo concreto realizado por esa persona, pero si queremos que esa persona siga con nosotros, deberemos elegir las palabras correctas y dejarle claro que a rasgos generales, estamos contentos con ella.