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Trata cada euro como una inversión – Educación financiera – Lección 2.

Uno de los mensajes más extendidos dentro de la educación financiera es «págate a ti mismo primero». A veces este mensaje no se entiende correctamente o se tergiversa, aunque básicamente podríamos traducirlo de la siguiente manera.

No ahorres a final de mes el dinero que no hayas gastado, sino que nada más cobrar, debes apartar el dinero que vas a destinar para el ahorro e inversión, y de lo que te sobre (una vez hayas hecho frente a tus obligaciones) el disponible es lo que podrás gastar en caprichos y fiestas.

 Algunas personas creen que eso de pagarse a uno mismo primero, significa que nada más cobrar, puedas coger 300€ y decir: «Este dinero para ropa, películas y copas».

Pues no, esos 300€ son para ahorro e inversión, y del dinero que te sobre después de pagar la luz, el agua, la hipoteca, la comida, los seguros, etc… ya tienes el disponible para gastar en restaurantes, fiestas y copas. Si no te llega el dinero, es porque probablemente no puedes permitirte ese estilo de vida. Pero no te preocupes (por ahora)

Pagarse a uno mismo primero, ¿pero cuánto?

Como ya hemos dicho en diferentes ocasiones, lo ideal es que puedas ser capaz de ahorrar un 20% ó 30% de tus ingresos, porque ya vimos cómo un empleado de Google ahorraba el 90% de su sueldo, pero eso tampoco es plan.

Está claro que si no eres capaz de ahorrar mínimo un 20% de tus ingresos, es porque tus finanzas no están saneadas: demasiados gastos, pocos ingresos o un desequilibrio importante entre tus ingresos y gastos.

Significa que si cobras 1.000€, debes ser capaz de destinar al ahorro e inversión mínimo 200€. De lo contrario, algo falla en nuestras finanzas.

Por regla general sólo debemos hacer 2 cosas:

  • 1. Debemos gastar menos. Pero como damos por hecho de que a veces ya es tarde para acabar con muchos gastos inevitables que nos acarrea nuestro nivel de vida anterior, debemos pasar automáticamente a la segunda.
  • 2. Ganar más dinero. Si ganamos más dinero, es evidente que podemos destinar más dinero al pago de deudas, al ahorro y a la inversión.

Tratar cada euro como una inversión.

En lugar de «pagarse a uno primero», vamos a usar esta otra expresión para ver si la aversión a la pérdida nos viene bien en este caso.

El dinero que tienes ahora mismo, e incluso el dinero que has cobrado a principio de mes, ya es tuyo. No tienes que trabajarlo, no tienes que volver a ganarlo. Ya te pertenece. Es tu activo en este momento.

Si le preguntamos a una persona con alto nivel de conocimientos financieros cuál es el principio básico para tratar nuestro dinero disponible, éste nos diría: «hacer crecer ese dinero». Y es cierto, pero no es el primer principio. El primer paso de la riqueza no es aumentar la riqueza, sino preservar la riqueza.

Ver también:  5 Enemigos de la inversión.

Por tanto, vamos a tratar cada billete y cada moneda que disponemos como si fuera una inversión. Y no gastar ese dinero ya es una inversión en sí misma. Cada euro que tenemos en nuestro bolsillo o en nuestra cuenta bancaria, es una oportunidad.

Un ejemplo algo extremista.

Conocí a un tipo que siempre se quejaba diciendo lo mismo: «Ojalá tuviera dinero para invertir, pero no lo tengo». Le puse únicamente un ejemplo con el café (y sé que no está bien poner este tipo de ejemplos). Esta persona, al igual que yo, toma 2 cafés al día. Vamos a redondear el precio del café a 1€, que era el mismo precio aproximadamente al que cotizaban las acciones de Gamesa en aquel entonces.

Yo le decía en broma que él pensaba que estaba gastando únicamente 60€ al mes en cafés, pero en realidad estaba gastando cerca de 900€ (contando con la posibilidad de que con el paso de los años, las acciones de Gamesa pudieran llegar a los 15€ nuevamente.

No lo sabía a ciencia cierta, aunque hoy, a toro pasado, podemos ver que más o menos se ha cumplido). Y él me miraba como si yo estuviera loco. Entonces le explicaba lo típico. «Si hoy evitas un gasto e inviertes el dinero en acciones, el dinero que gastas a futuro es aún mayor, porque te estás perdiendo la revalorización de ese dinero».

Como podéis imaginar, esta explicación, cuando se usa para tapar una excusa, suele venir acompañada de una respuesta-ataque junto con otra excusa:

Excusa: ¿pero y si en lugar de subir las acciones, éstas bajan?

Ataque: ¿Por qué tú no te aplicas el consejo? Tú también tomas 2 cafés al día.En cualquier caso, y en ambas respuestas, tenemos un hecho: «Esta persona tiene dinero para invertir», y como reza el dicho: «Quien quiere llegar, busca caminos; quien no quiere llegar, busca excusas».

La respuesta al ataque era más sencilla: «Yo tomo café porque tengo para invertir y no me estoy quejando»

Pero en una cosa tiene razón, y es que las acciones pueden subir o pueden bajar. Pero eso no es excusa, pues el dinero que ahora gastas es una inversión con una pérdida del 100%. Invertirlo es asumir un riesgo pequeño, moderado o alto, y la rentabilidad vendrá según el riesgo que hayamos decidido tomar.

Ver también:  8 Formas de suicidarte financieramente.

Pero ojo!!, no soy partidario de que nadie se quite de esos pequeños placeres como puede ser el tomar un café.

La verdad es que cuando analizo las finanzas de los particulares, se suele ver que la regla del 80/20 también se cumple aquí: El 20% de los artículos o gastos, equivalen al deterioro del 80% del dinero que podríamos destinar para invertir, es decir, el problema no es tomarse un café o una cerveza, sino ropa que no necesitas, un último modelo de Smartphone o cambiar un coche que funcionaba.

Las finanzas personales, a menudo se destrozan por los gastos evitables y por querer llevar un nivel de vida que realmente no te puedes permitir. Porque insisto: Que puedas pagar algo, no significa que te lo puedas permitir.

El dinero que vamos ahorrando debemos usarlo para cumplir los objetivos financieros que nos vayan ayudando a crear una tranquilidad y estabilidad financiera, siempre teniendo en mente que la meta final es la libertad financiera, y no necesariamente el hacernos ricos.

Por tanto, el dinero que vamos ganando, debe ser destinado, básicamente en este orden:

1. El pago de deudas de gran interés.

Si tenemos una hipoteca por la que pagamos un 1% de interés, quizás no sea buena idea destinar nuestro dinero al pago adelantado de nuestra hipoteca, ya que podemos batir ese 1% de rentabilidad anual fácilmente en los mercados a través de la inversión.

Está claro que hablamos de destruir literalmente la deuda de las tarjetas de esas tarjetas de crédito por las que pagamos esos altos intereses, que rara vez vamos a ser capaces de batir en los mercados. Por tanto, en este tipo de deudas, la mejor inversión es eliminar esa deuda. Puedes ver este ejemplo gráfico: Así actúa una tarjeta de crédito fuera de control en nuestras finanzas personales.

Recuerda cuando hablamos a fondo de la magia del interés compuesto para generar riqueza. Pues bien, la deuda de las tarjetas de crédito funcionan exactamente igual que el interés compuesto, pero a la inversa, es decir, trabajan en la destrucción de nuestras finanzas. Por tanto, La inversión más rentable y más sabia, es pagar esas deudas.

Acumular efectivo: Crear un fondo de emergencia.

Antes de invertir a largo plazo, debemos tener un fondo de emergencia para, como su propio nombre indica, tratar posibles emergencias sin tener que tocar nuestras inversiones. Ahora bien, ¿cuánto dinero debemos tener en el fondo de emergencia?

Ver también:  Algunas ideas para ahorrar dinero haciendo algunos cambios en tu día a día.

Siempre hemos dicho que debe ser un mínimo que cubra al menos 6 meses de nuestros gastos en caso de que dejáramos de percibir ingresos. Ahora bien, también tenemos varias cosas que decir para esto.

Para una persona normal, con ingresos estables y pocas responsabilidades, esos 6 meses bastarán. Pero en otros casos se recomienda:

Entre 12 y 18 meses si tienes un trabajo inestable, trabajas en una industria inestable o eres un empresario cuyo negocio no crece consistentemente cada año.

Entre 3 y 5 años si por tu edad, lo que ya te viene es la jubilación, y vas a tener que vivir con una pequeña pensión.

En estos casos (habría que analizar cada caso de forma individual para saber qué le interesa más a esa persona con respecto a su tranquilidad financiera tras la jubilación.

Y finalmente…..

Una vez ya estamos limpios de deudas tóxicas y ya tenemos el fondo de emergencia listo, ya solo nos queda ir ahorrando e invirtiendo todo lo que podamos, creando una cartera de activos, y asumiendo riesgos y diversificación en función de la experiencia de cada cual.

Ahora bien, siempre estará la típica persona de tu entorno que te dirá frases del tipo: «Tanto ahorrar para el futuro, ¿y si luego te mueres antes, qué?»

Siempre respondo a esta pregunta de la misma forma: «¿Y si tienes la mala suerte de no morirte antes?».

En una ocasión, me dijo un anciano de 85 años: «Carlos, no sabes lo larga que se hace la vejez cuando llegas a ella sin dinero»

Otras personas te dirán: «Prefiero disfrutar hoy y no centrarme tanto en el dinero. No soy tan materialista para dedicarme a guardar tanto dinero. Ni que te lo fueras a llevar cuando te mueras».

Y en este caso creo que hay una una chorrada y una contradicción.

Contradicción: «prefiero disfrutar hoy y no centrarme tanto en el dinero porque no soy materialista», dijo la persona que da por hecho que no va a ser capaz de disfrutar ahorrando y sin gastar dinero. Como siempre digo, si no eres capaz de disfrutar sin gastar dinero, cuando tengas dinero, serás un amargado con dinero.

Chorrada: «Ni que te fueras a llevar el dinero cuando te mueras», dijo la persona que piensa que se va a llevar la televisión, el Sálvame Deluxe o la Champion. Y es que no es lo que te llevas, sino lo que dejas. Si plantas una semilla y tú mueres, alguien recogerá el fruto cuando no estés.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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