Mientras algunas personas piensan que vivimos en un cuento de hadas, un mundo cargado de buenas intenciones y compañías que velan por nuestra seguridad, la realidad es muy distinta. El diario Prensa Libre, el medio de información más influyente de Guatemala, publica hoy su indignación ante un experimento que el Gobierno de Estados Unidos realizó ilegalmente con personas de carne y hueso entre el año 1946 y 1948.
Más de 5,000 personas fueron obligadas a participar en estos experimentos, 1,300 fueron infectadas y 83 murieron. En la actualidad se está analizando a 5 personas vivas que sufrieron este tipo de experimentos para determinar el daño que se les ha causado.
Las «ratas de laboratorio» que el Gobierno de Estados Unidos seleccionaba y obligaba a participar, eran niños huérfanos, enfermos mentales, prostitutas, indígenas y todo tipo de personas que un momento dado, nadie creería su versión al ser «residuos» de la sociedad.
Inhumana, cruel y monstruosa la actuación en lo que podría ser un capítulo oscuro de EE.UU y explicaría a la sociedad cómo se obtienen los medicamentos de la industria farmacéutica, pues para todo aquel que no lo sepa, son prácticas que ya se están denunciando en «el cuerno de Africa», y es que a quién le importa si un niño africano que está muriendo de hambre se le infecta con sífilis y gonorrea (de todas formas iba a morir), del mismo modo que a quién le importa si el virus N1H1 (Gripe A) se escapa de un laboratorio o es lanzado al aire deliberadamente en un momento de crisis para las farmacéuticas.
Si la sociedad no despierta pronto y abre sus ojos, poniendo a la sombra a ciertos personajes o individuos de la industria farmacéutica y gobernantes que consienten este tipo de abusos, esta situación no desaparecerá por sí sola y millones de personas en el mundo sufrirán daños irreparables.
Muchas personas pensarán que estas cosas únicamente ocurría en las películas de Nazis, aunque la realidad es que ocurrían y siguen ocurriendo en la actualidad.
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