A veces las cosas valen lo que valen, aunque en un momento dado, la locura especulativa haga que alguien esté dispuesto a pagar más. Se ha intentado equiparar el mercado de los NFT al mercado de las obras de arte convencional, pero nuevamente queda expuesto que ambos mercados son diferentes.
El primer tuit de Jack Dorsey se vendió el año pasado como un NFT (Token No Fungible) por más de 2,9 millones de dólares, al igual que otros muchos NFTs se venden por cantidades desorbitadas esperando que con el tiempo su valor suba, al igual que en el mercado de las obras de arte.
Aquel tuit en forma de NFT fue comprado por el criptoempresario Sina Estavi por 1630, 58 éter, que fue el equivalente a 2,9 millones de dólares en ese momento.
Hace unos días, Estavi anunció en Twitter que estaba vendiendo el NFT en cuestión en la plataforma de negociación de NFT OpenSea. Esperaba venderlo por 50 millones de dólares y donar el 50% de sus ganancias a organizaciones benéficas.
Y es que la idea en su cabeza cuando lo pensó debía sonar bastante bien: Comprar algo tan valioso como un tuit que dice «just setting up my twttr» y venderlo obteniendo un beneficio de más de 22 millones de dólares (porque el tuit lo vale).
Para sorpresa de Estavi, la oferta más alta por el tweet era de 9968 dólares, por lo que las organizaciones benéficas van a tener que esperar aún para recibir tan esperada donación, debido a que Estavi dijo este mismo jueves a la BBC que no venderá el tuit a no ser que reciba una oferta alta, que si bien no ha especificado la cantidad en cuestión, sí que dejó caer que la donación que esperaba hacer era de unos 25 millones.
Posiblemente a modo de broma o posiblemente con esperanza, Estavi retuiteó un tuit que sugería que quizás Elon Musk compre el NFT, ahora que Elon ha mostrado su interés por comprar la empresa Twitter.
El problema del mercado NFT
Usando la tecnología blockchain, los NFT son tokens criptográficos de medios digitales que están abriendo un nuevo mercado para artistas, entidades deportivas, músicos y celebridades. De hecho, los medios aseguran que es una nueva forma en que los artistas más desconocidos pueden rentabilizar sus obras gracias a este nuevo mercado.
Para ello, cada cierto tiempo nos muestran ventas de obras por cantidades desorbitadas, animando a otros artistas e incluso a compradores a participar en la compra-venta dentro de este «rentable» mercado. Pero los datos muestran algo muy diferente, y es que salvo las ventas más ruidosas, el 99% de los artistas tienen exactamente la misma dificultad para vender sus obras a precios decentes que en el mundo real.
Y luego tendríamos los NFT más exclusivos, que son aquellos de alto perfil para compradores más pudientes económicamente y que están dispuestos a comprarlos por grandes cantidades de dinero. En este caso, a diferencia del mercado de arte convencional, queda reflejado que las obras no tienen ningún motivo real para seguir aumentando su valor (como sí lo hace el arte de lujo convencional).
El mercado NFT de alto valor o de valor medio no deja de ser un mercado altamente especulativo, altamente ilíquido y, según los últimos acontecimientos, un mercado altamente devaluable, si es que llegó a existir valor más allá de la locura especulativa.
Dicho todo esto, la falta de ofertas altas para los NFT de alto perfil sugiere que este mercado tiene bastantes límites a pesar de que el comercio de tokens no fungibles movió más de 17.000 millones de dólares el año pasado, según la empresa de datos Nonfungible.com