Seguimos conociéndonos a nosotros mismos y a nuestro cerebro con esta nueva serie de datos psicológicos reveladores. Otros artículos de esta serie lo forman:
- 3 formas en que tu mente te traiciona para no avanzar en la vida
- De esta forma tu mente te traiciona (Parte 2)
- Así afecta la conducta de indefensión aprendida a nuestra vida y éxito
1. Tu cerebro está tan ocupado cuando duermes como cuando estás despierto.
Hoy día sabemos que cuando dormimos, el cuerpo entra en un proceso de regeneración, como si fuera una «puesta a punto» para reparar daños. Pero la gran duda era «qué hace exactamente nuestro cerebro cuando dormimos».
Matthew Wilson llevó a cabo una investigación con ratas de laboratorio a las que comenzó a medir su actividad cerebral mientras corrían por los laberintos buscando una salida. Para sorpresa de este investigador, cuando las ratas estaban dormidas, descubrió que su actividad cerebral era prácticamente la misma que cuando corrían por el laberinto.
2. Las personas que confían en los demás son más felices.
Si quieres saber si una persona es realmente feliz, intenta medir su grado de confianza en el resto de personas. Es una medida que según el investigador Eric Weiner, no falla. Este investigador viajó por el mundo en busca de respuestas sobre la felicidad, encontrando que Islandia estaba en la parte superior de la felicidad, mientras que Arabia Saudita estaba en la parte inferior.
Si la gente confía en sus familiares y amigos, en la justicia y en su gobierno, la felicidad está servida. Por eso, según la psicología, los extrovertidos son más felices que los introvertidos; los optimistas son más felices que los pesimistas, y las personas casadas son más felices que los solteros, aunque pueda parecer lo contrario.
3. Las personas son más felices cuando están ocupadas y se enfrentan a desafíos.
Aunque la mayoría de las personas podrían pensar que desean tranquilidad, y no desafíos, lo cierto es que la falta de desafíos en la vida, provoca una enorme infelicidad. Digamos que si no tienes desafíos, no tienes objetivos por los que luchar.
Por otra parte, el estar ocupado, te aleja de la infelicidad. Ponemos un ejemplo:
Imagina que acabas de aterrizar en el aeropuerto y tienes que caminar 12 minutos para recoger tu equipaje. Al llegar, allí está tu equipaje.
Ahora considera este escenario. Aterrizas y tienes que caminar 2 minutos para recoger tu equipaje. Llegas y tardan 10 minutos en entregarte tu equipaje.
A pesar de que en ambos casos vas a tardar 12 minutos en recoger tu equipaje, en el segundo supuesto, te sentirás impaciente, como si te estuvieran haciendo perder el tiempo. Es la diferencia entre estar esperando y estar ocupado llegando.
Por tanto, estar haciendo algo es mucho mejor que no estar haciendo nada. Por eso, debes estar siempre en movimiento, o de lo contrario, te irás volviendo cada vez más perezoso. Y los perezosos, son más infelices que aquellos que están en movimiento.
(Ver: 10 factores psicológicos de las personas de los que puedes sacar ventaja)
4. El tiempo promedio para formar un hábito es de 66 días.
Podemos incluir nuevos hábitos y desechar viejos hábitos. Supongamos que quieres inculcar el hábito de leer cada día, hacer ejercicio, comenzar a madrugar más, o dejar de perder tanto tiempo en Facebook.
Dicho de otra forma, adquirir un hábito significa que quieres hacerte más disciplinado, y la disciplina, por regla general llega comportándote como si ya fueras disciplinado hasta que un día, ese hábito forme parte de ti.
Según el investigador Philippa Lally, las personas que quieren cambiar hábitos de alimentación (hacer dieta), dejar el tabaco o la bebida, necesitan de media 12 semanas, aunque debemos decir que es más fácil incluir un nuevo hábito que desechar un hábito antiguo.
El psicólogo Richard Wiseman acuñó este término llamado «ceguera selectiva o ceguera por falta de atención». La idea es que nuestro cerebro pierde grandes cambios en su entorno por estar pendiente a un pequeño cambio.