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Abuso de posición dominante de la banca en el negocio inmobiliario.

No sabemos durante cuánto tiempo la Comisión Nacional de la Competencia continuará haciendo la vista gorda con la banca, pero cuanto más tiempo tarde, se irán sumando nuevas voces afirmando que el sistema está «podrido».

Si el señor «A» quiere comprar un piso por 100,000€, se dirige al banco para negociar la hipoteca. En el 90% de los casos, la respuesta será negativa, aunque el señor «A» tenga una nómina de 1,500€/mes. En caso de que el banco le conceda la hipoteca, esta tendría unas condiciones muy poco llamativas para el comprador, incluso, como es lógico, deberá comprometer parte de su patrimonio, además de que no le concederán el 100% de la hipoteca, debiendo aportar él mismo parte de su capital. No obstante, el banco intentará persuadirle para que no compre ese piso, sino otro que es «propiedad del banco».


El señor «B» cobra 900€ y ha sido llamado por el banco para ofrecerle un piso de 150,000€, donde en caso de estar interesado recibirá el 100% de la hipoteca y una adaptación de las mensualidades para que este pueda afrontarlas sin problema. Incluso no deberá comprometer otros bienes propios.

Esta es la situación a la que diariamente se enfrentan particulares e inmobiliarias españolas, y es que no pueden competir contra la banca, ya que la banca tiene el mismo producto, incluso siendo más caro, no tendrán problema, pues la mejor forma de quitarse la competencia es no ofrecer financiación para un producto externo y dar todo lo necesario para vender un producto propio. ¿Cómo se denomina esto?. Abuso de posición dominante y competencia desleal, y en un breve espacio de tiempo, probablemente ejerzan prácticas monopolistas, ya que el mercado inmobiliario será de la banca.

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El problema va aún más allá, ya que podemos observar algunos edificios con 21 pisos idénticos a la venta. 20 son de particulares y piden 120,000€. Por el otro piden 155,000€, y curiosamente será el que se venda primero, ya que es el único por el que te van a conceder la hipoteca, al ser propiedad del banco. El piso es más caro pues ha sido tasado por el tasador del banco, el cual se basa en el valor del mercado. El resto son más baratos sencillamente porque se basan en el valor real del mercado (la necesidad).

Cuando el comprador adquiere ese piso propiedad del banco entra nuevamente en el mercado real, y si el día de mañana dijera de venderlo, jamás podría competir con el resto de los otros pisos, pues ha pagado 35,000€ más de su valor «real». Tras la compra ha salido perjudicado al perder competitividad con el resto de los vendedores. A la larga, esta situación podría ser muy peligrosa nuevamente para la economía.

La situación es más grave de lo que parece.

Un particular no puede pagar su hipoteca, por lo que tiene que vender el piso. Lo pone en venta y se lo da a una inmobiliaria. Una vez existe un cliente interesado en ese piso, este decide comprarlo, pero el banco no le da la hipoteca. El final de este propietario, ahogado por la necesidad, es terminar desahuciado por no poder hacer frente al pago. El banco embarga el piso y lo pone en venta, pudiéndolo vender sin problema.

En este caso, hablando en castellano, la banca ha jodido a un particular, a una inmobiliaria y a un comprador, pero finalmente ha salido ganando con la operación al vender un piso que se adjudicó en el peor de los casos por el 50% de su valor.

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Si la crisis continúa, esta situación descrita será la de cientos de miles de personas, los cuales no podrán hacer frente a su hipoteca y deberán entregar la casa al banco, convirtiendo a la banca en la inmobiliaria más poderosa del mundo, donde pueden poner los precios y decidir quién recibe hipoteca y quién no, basándose en un único criterio, el cual no es la solvencia del comprador, sino la procedencia del producto.

Por más que intenten ocultar, tapar, engañar u omitir, este tipo de práctica es poco ética, ilegal y desleal, por no hablar que detrás de un piso de un banco, se esconde una triste historia.

Cada vez hay más personas que se preguntan por qué la banca goza de esta inmunidad ante el castigo de la justicia, tanto por lo que provocó como por lo que continúa haciendo. Quizás algún día obtengamos la respuesta.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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