Hoy mismo hemos conocido que España ha cedido ante Alemania y finalmente ha apoyado la denominada Tasa Robin. Decir antes de nada, que viendo las decisiones que tomamos en Europa, no es de extrañar que en el resto del mundo nadie apueste por la Unión Europea. ¿Qué es la Tasa Robin?
En la Teoría, la Tasa Robin es un impuesto o comisión que se aplica a las transacciones financieras. Es decir, un impuesto añadido a la compra-venta de acciones, bonos, divisas y derivados financieros con la idea de evitar la especulación en los mercados. Teóricamente la idea es buena, en la práctica podría convertirse en el «golpe mortal» para un país en recesión.
Esta Tasa lleva el nombre de su inventor, el Premio Nobel, James Tobin, el cual tuvo esta idea a principios de los años 70 y únicamente para evitar la especulación en divisas (desincentivar movimientos especulativos para ganar dinero con las fluctuaciones de los tipos de cambio). Lo irónico del asunto, es que el propio James Tobin no estaba de acuerdo con su idea.
Es decir, no creía que la Tasa Tobin se pudiera aplicar correctamente y mucho menos obtener el beneficio esperado. Y hablamos de divisas, ya que si el Premio Nobel (ya fallecido) supiera que ahora se habla de aplicarla a todos los productos financieros, pensaría que en Europa nos hemos vuelto locos.
No es cierto que se vaya a acabar con la especulación en los mercados, sobre todo teniendo en cuenta, si echamos un vistazo a Francia, donde ya aplican esta tasa o similar, el impuesto se suele aplicar para empresas de menos de 1000 millones de capitalización bursátil y están exentos de impuesto las operaciones en intradía, por lo que el especulador cortoplacista no se ve afectado.
¿Cuál es la diferencia entre especulador e inversor?. A ambos se les castigará por igual.
Yo se cuál es la diferencia entre un inversor y un especulador, me imagino que como cualquiera, pero la Tasa Robin no los distinguirá, por lo que a voz de pronto podrían provocar una fuga de capitales en nuestro país, expulsando de nuestro mercado a los inversores, los cuales invertirían en las empresas de otros países que no apliquen el nuevo impuesto.
La Tasa Tobin es inútil si no es global.
El propio James Tobin aseguraba que esta Tasa era inútil si no se aplicaba a nivel global, pues si únicamente la aplicamos en Europa, y en cambio no se aplica en Estados Unidos, Hong Kong, Singapur, etc… podríamos dar lugar a que nuestras propias empresas pasaran a cotizar en otras bolsas ante los bajos volúmenes y demanda que podría provocar.
El cuento de la lechera (como las subidas de impuestos)
Algún iluminado/a ha pensado que aplicando este impuesto se conseguirá recaudar más de 500.000 millones de euros anuales en Europa y cerca de 6.000 millones en España. Debe ser el mismo iluminado/a que piensa que subiendo el IVA y los impuestos se recauda más aún cargándose el consumo. Teniendo en cuenta que las subidas de impuestos nos han ahondado aún más en la recesión, con la Tasa Robin matamos dos pájaros de un tiro, y es que seguimos en crisis y echamos a los inversores para asegurarnos que no levantamos cabeza y finalmente la recaudación es mucho menor, siendo el daño colateral mucho mayor.
Escucharemos a los políticos decir (me imagino que para alegrar a la población) que la Tasa Robin es una forma de que la banca pague su parte de la crisis. Si fuera así, bienvenida sea, pero no es cierto. Esta Tasa termina afectando directa e indirectamente a toda la población, pues no quepa duda que los verdaderos especuladores continuarán ganando dinero con su negocio, la especulación. En algunos países se está estudiando la opción de aplicarla incluso en la renta fija (depósitos a plazo fijo..).
Resumiendo: ¿Para qué sirve la Tasa Tobin?
Teóricamente, ya lo hemos explicado. En la práctica, sabiendo de antemano que Estados Unidos y la mayoría de los países de fuera de la Unión Europea no la van a aplicar, únicamente servirá para que crezcan los «paraísos de inversión», que al igual que los paraísos fiscales, ganarán en competitividad no aplicando la Tasa Robin con respecto a los países donde sí se aplica. En definitiva, se produciría una fuga de capitales. De hecho, no hay economista que se precie que esté a favor de este impuesto, comisión o tasa.
Conclusión: Si a un chimpancé le das 12 vasos de vino y lo pones a tomar decisiones en la Unión Europea para que dejen de atentar contra nosotros, estoy seguro de que sus decisiones serían más acertadas.