Si alguna vez has tenido la sensación de que cuando hablas, la gente te ignora, te interrumpe o sencillamente no te presta demasiada atención, lo más probable es que no sea por lo que estás diciendo. Más bien el problema sería con la entrega que estás comunicando el mensaje.
Vanessa Van Edwards, autora del libro «Cautivar: La ciencia de seducir a las personas«, experta en oratoria y lenguaje corporal, asegura que cuando escuchamos a alguien hablar, nuestro cerebro únicamente identifica dos cosas: confianza y emoción. La confianza es una señal muy poderosa que hace que las personas te tomen en serio. Si das la sensación de que careces de confianza en ti mismo (inseguridad), está claro que que las personas percibirán esto y no tomarán demasiado en serio tu mensaje.
Por otra parte, la emoción es un aspecto de calidez que hace que la gente te encuentre interesante.
Vanessa ha dedicado toda su vida a preparar a las personas para mejorar la forma en que los demás les ven cuando hablan. Si deseas dar una buena primera impresión o elevar tu reputación ante personas que no te conocían, aquí tendrías los cinco errores más comunes que suelen cometer las personas y que deberías evitar cuando hables en público o cuando te encuentres en una presentación en tu propia empresa.
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1. Cómo usar las manos: ¿pirámide o manos sueltas?
Si bien cuando se habla en público sobre un escenario se requiere gesticular con las manos, para otro tipo de discursos o presentaciones, se recomienda usar la pirámide o campanario. Esta postura de las manos ha sido ampliamente vista en la canciller alemana Ángela Merkel y otros personajes televisivos.
La pirámide o campanario consiste en colocar las manos una frente a otra juntando suavemente las puntas de los dedos dando forma de campanario o pirámide. Se le conoce como la postura del poder, pues es la postura que usan en sus comunicados casi todas las personas más poderosas del mundo.
En este sentido, el cerebro percibe a estas personas como más seguras y más comprometidas. Al denotar confianza con esta pose también hará que el oyente tienda a confiar en ti. Muestra que estás relajado y abierto al mismo tiempo, por lo que los oyentes también deberían estarlo.
No obstante, esta posición de las manos no es la ideal para una charla donde debes captar la atención del público como por ejemplo en una charla TED o una conferencia, ya que de permanecer estático en el escenario y sin apenas lenguaje corporal podrías llegar a aburrir hasta el micrófono que llevas puesto.
Esta posición se usa ante todo cuando estás lanzando un mensaje serio y necesitas que las personas confíen en tu mensaje y sientan que tú confías en ti mismo.
Aclaración de Negocios1000: La posición del mentiroso.
Si bien la posición de pirámide o campanario se le conoce como la posición de poder y es usada por políticos y personas de las altas esferas, personalmente yo la he apodado la posición del mentiroso, ya que es una posición que posiblemente la vaya a emplear una persona que a pesar de que te va a mentir, necesita que confíes en el mensaje.
También es una posición que adopta la gente insegura para parecer más segura de sí misma. Debes saber que si bien es una posición que el cerebro del oyente puede percibir como seguridad y confianza, los que sabemos que no es una posición natural de las manos, lo percibimos como una forma de protegerse y esconderse tras un gesto. Había que decirlo y se dijo.
2. No ocultes las emociones.
La investigación muestra que nuestro cerebro tarda únicamente una décima de segundo en reconocer una emoción a través de las «señales vocales». La variedad vocal son las señales encargadas de transmitir emociones, siendo una de las principales formas en que comunicamos nuestras emociones, estado de ánimo y actitud a los demás.
Muchas personas piensan que transmitir emociones puede interponerse en el camino de sus mensajes, pero en realidad, según las investigaciones, realza el mensaje. Transmitir emociones es lo que hace que las personas se interesen en ti y les enganche a querer escucharte.
Es por eso que se recomienda que cuando te sientas orgulloso de una idea o te importe algo, no actúes con indiferencia. En lugar de eso, habla con motivación y esto hará que los oyentes se sientan inspirados. Comparte tus pensamientos con poder y énfasis.
¿Y cómo lo hacemos si eres una persona introvertida?
Para los introvertidos en particular, Vanessa recomienda que recuerdes que no estás hablando sobre ti, sino que estás tratando de llamar la atención sobre tus ideas. Recuerda que has trabajado duro para acumular experiencia, habilidades conocimientos e ideas. Siéntete orgulloso de esas ideas y lánzalas con entusiasmo.
3. Tener un guion demasiado «guionizado».
Vanessa cuenta que ella prepara a muchas personas elaborar sus charlas TED, y muchos comenten este error: escribir el guion de su presentación y luego ensayarlo hasta el hastío.
Si bien es aconsejable ensayar la charla, cuando se trata de transmitir emociones, el tenerlo todo demasiado guionizado puede hacer que se pierda esa variedad vocal que tanto necesitamos para transmitir emociones.
Es por eso que ella recomienda mantener las historias y las partes emocionales del discurso sin guion. Recomienda escribir algunos puntos clave para recordar, pero aprovechar las verdaderas emociones que subyacen a tus palabras de forma totalmente natural.
4. El uso de rellenos verbales.
Los motivos por los que la mayoría de la gente usa rellenos verbales se deben principalmente a dos razones. En primer lugar, para ganar tiempo mientras piensan en el próximo punto que deben tratar. Es decir, meter frases o palabras de relleno mientras nuestro cerebro se prepara para abordar el próximo punto. Y en segundo lugar, por el miedo a ser interrumpidos.
Es por eso que muchas personas hablan demasiado rápido y acaban tropezando con sus palabras. Aquí debemos comprender que las personas seguras entienden el poder de las pausas. Una persona con seguridad no tiene miedo de ser interrumpido. No tiene necesidad de rellenar frases ni mucho menos tiene miedo de provocar silencios. Y con esto muestra competencia y confianza.
5. Evita las inflexiones de preguntas.
Una inflexión de pregunta es una muestra total de inseguridad. Y hay personas que las usan muy a menudo. Por ejemplo…
Un vendedor está teniendo una reunión de negociación, y dice: » Nos encantaría que su empresa fuera nuestro cliente». Hasta ahí todo bien. Pero luego dice: «El precio de nuestro servicio sería de… ¿500€ al mes?» De esta forma no está indicando el precio de su servicio. Lo está preguntando.
Y este es el motivo por el que algunos vendedores tienen una tasa de cierres tan baja. Pueden hacer un excelente trabajo y presentación, pero ene l momento de la verdad, cuando más seguridad se necesita, esa inflexión hace que se perciba como que la otra parte tiene posibilidad de regatear el precio y re-negociarlo. De hecho lo hacen.