Voy a ser muy claro en varios puntos, le duela a quien le duela. Hoy día es muy fácil distinguir a un asesor financiero serio o un inversor experto de alguien que únicamente te podría meter en problemas, aunque mañana el Bitcoin llegara a valer 1 millón de euros por Bitcoin.
En internet, el tamaño importa. Cuando un influencer trata temas de finanzas e inversión, es muy habitual que la validez de sus consejos esté proporcionalmente ligada al número de seguidores que tiene. El sesgo del consenso social está presente, por lo que si cientos de miles de personas confían en el influencer, debe ser porque es un experto en la materia que trata. De lo contrario, no lo seguiría tanta gente.
Y esto ha llevado a muchos influecers a beneficiarse económicamente de sus propios seguidores llevándoles directamente al matadero, recomendándoles comprar criptomonedas en su fase inicial, como fue el caso de Logan Paul (24 millones de suscriptores en Youtube), el cual creó su propia criptomoneda, la recomendó a sus suscriptores, provocando que ésta subiera un 40.000% y posteriormente perdió más del 99% de su valor. Sus suscriptores cayeron en un pump and dump, la estrategia usada por los estafadores de Wall Street, y la estrategia que durante tanto tiempo usó Jordan Belfort (El Lobo de Wall Street).
Otro caso fue el de Willyrex, el famoso youtuber, que aún no teniendo necesidad, lo hizo. Sacó su propia colección de NFTs (Token no fungibles) para venderlos a sus suscriptores. El valor de los NFTs cayó prácticamente a cero. Y no podemos decir que en este caso exista una estafa, a pesar de que la mayoría de los compradores de estos NFTs fueron menores de edad. Lo veremos únicamente como una venta de cromos.
El mercado de las criptomonedas es desconocido para la gran mayoría de personas, pero estas personas han escuchado historias de gente que ha hecho mucho dinero en este mercado. Y esto convierte al mercado crypto en el mercado ideal para que vendehumos, influencers, charlatanes y falsos expertos se beneficien económicamente incluso de sus propios seguidores. Pero tiene algo muy bueno también, y es que ahora más que nunca, podemos saber quién tiene realmente conocimientos serios de inversión y quién es un cantamañanas.
El problema es únicamente la recomendación de compra de criptomonedas.
Existe algo que se llama «inteligencia financiera», y dentro de este tipo de inteligencia, hay unas normas no escritas muy básicas que separan a los «cantamañanas» de la inversión de los profesionales de la inversión. Una de estas normas dentro de la inteligencia financiera es «no apostar, sino invertir«. Damos por hecho que toda inversión se puede torcer y no salir como esperamos, salvo si sigues un sistema de inversión de largo plazo que descuente los factores aleatorios.
En el momento en que apuestas, dejas de ser un inversor serio. En el momento que recomiendas a otros apostar, dejas de ser un asesor serio. En el momento que te beneficias de las apuestas de otros aprovechando tu popularidad, te conviertes en otra cosa cuyo nombre suena algo peor. Y señores, las cryptos, te digan lo que te digan, no son una inversión. Son una apuesta. Son pura especulación, pues no reúnen ni uno solo de los requisitos que se le debe exigir a una inversión (valor intrínseco, rendimientos, utilidad, etc…).
Cualquiera que vea en las criptomonedas algo más allá de la pura especulación, nos estará diciendo por sí solo que carece de conocimientos financieros serios. Y lo siento, pero esto no es negociable. Pueden tener cientos de miles de seguidores en las redes sociales, pero en el momento en que dirigen a sus seguidores a la compra de criptomonedas asegurando que son el futuro, están demostrando su falta de conocimientos serios en el mundo de la inversión. Otra cosa sería que dejaran claro a sus seguidores que es una apuesta de alto riesgo, en cuyo caso, al menos, darán la oportunidad a sus seguidores de apostar o no apostar.
Esto confirma nuevamente que gurúes financieros como el señor Robert Kiyosaki (alguien que dice que ha llegado el momento de invertir en activos físicos pero también en Bitcoin) son solo vendehumos cuya experiencia financiera real hay que ponerla en duda, y cuyos consejos, de una u otra forma, son consejos enfocados al beneficio propio del autor. Pero, ¿Cómo vamos a dudar de un tipo que acumula tantos millones en su cuenta? Y precisamente este es el problema con los gurúes de las finanzas, y es que cuesta mucho trabajo explicarle a las personas que estos vendehumos han ganado más dinero explicando conceptos financieros a través de la venta de todo tipo de productos de dudosa utilidad, que aplicando esos conceptos financieros en el mundo real.
Holdear y holdear criptomonedas.
Cuando hemos invertido en acciones sólidas, holdear es una de las mejores cosas que podemos hacer. De hecho, cuando invertimos en acciones de empresas es mucho más fácil saber lo que debemos hacer, pues el balance de la compañía nos lo dirá. Si se produce una caída en el precio de sus acciones, pero el valor intrínseco de la compañía es mayor, podemos aprovechar la caída de la compañía para comprar más acciones o simplemente holdear.
Si las acciones pierden valor debido a que la compañía está teniendo problemas serios y ha comenzado una tendencia bajista en sus ventas y beneficios hasta el punto de que su negocio pueda representar un peligro para los inversores, el propio balance nos dirá si es mejor idea vender esas acciones (aunque sea con pérdidas) o comprar más acciones. En cualquier caso, el balance nos habla.
Con el Bitcoin y el resto de las criptomonedas esto no ocurre. Y es que si Bitcoin cae, no podemos mirar absolutamente nada. Harías bien si compras más bitcoins aprovechando la caída; harías bien si holdeas; harías bien si vendes tus bitcoins. No hay consejo adecuado, pues hagas lo que hagas, estarás haciendo lo correcto o lo incorrecto. Solo unos pocos iluminados tienen la certeza de que las criptos son el futuro y que las personas las van a usar como medio de pago. Aunque bueno… estos iluminados ahora ven la dificultad como medio de pago, y han cambiado el discurso. Las cryptos ahora son una reserva de valor y un activo refugio. Y no importa que el refugio se venga abajo cuando la economía se tuerce y que la reserva pierda valor paralelamente con el resto de mercados.
Algunos pocos tontos, pensamos que esto es poco probable que ocurra (que las cryptos se conviertan en el nuevo modelo financiero), al no ver en el comportamiento de las criptomonedas ni un activo refugio ni una reserva de valor. Tampoco vemos la posibilidad de forma de pago estandarizada. Y lo más importante, no vemos de ningún modo que este sistema vaya a desbancar al sistema financiero tradicional. De hecho, hemos podido comprobar que las cryptos pueden ser manipuladas de una forma relativamente fácil por parte de algunas manos fuertes.
¿Significa que es imposible que las criptomonedas lleguen a prosperar en un futuro? No hay nada imposible. Todo es posible, pero estamos apostando a una idea que no tiene garantías de ningún tipo. Si estos expertos y gurúes de las finanzas son, además de gurúes, también adivinos, entonces me callo. Está claro que tienen una ventaja sobre el resto de los mortales.
Aunque dentro de 10 años el Bitcoin llegue a valer 100.000 dólares o 3 millones de dólares, mantenerse alejado de las cryptos es lo más sensato desde el punto de vista de la inteligencia financiera. Y recomendar a las personas sin conocimientos financieros que permanezcan alejados de este volátil mercado es el consejo que cualquier experto o asesor financiero que se precie te dará.
Algunos recomiendan comprar Bitcoin aprovechando la caída en un momento en que esperamos que caigan aún más las acciones dentro de los mercados financieros. Lo más inteligente, sin duda, teniendo en cuenta que los crecimientos de «miles por ciento» en las cryptos van a ser poco probables a estas alturas, sería aprovechar para invertir en el mercado bursátil en lugar de jugar a invertir en un mercado que puede que prospere o puede que no.
Si tu gestor de inversiones te dice que compres criptomonedas, ha llegado el momento de cambiar de gestor.
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