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La Educación en Corea del Sur: «Si eres el primero de la clase, lo serás en la vida».

Si mucho hemos hablado del sistema universitario estadounidense, la verdad es que haciendo un repaso a las Universidades del resto del mundo (Singapur, Suecia, Finlandia…), se explicaría perfectamente el por qué en España tenemos el sueño de ser funcionario y en todos estos países, incluida Corea del Sur, tienen grandes emprendedores.

Sunwoong Kim, Profesor de la universidad de Milwaukee y presidente de la Asociación Coreano-Estadounidense de Profesores Universitarios, ha sido entrevistado  para hablar del sistema educativo de Corea del Sur, y de lo que es más importante, de la mentalidad coreana con respecto a lo que es importante. Todo comienza con la disciplina, algo que falla en España. En Corea existe un viejo dicho: «Al profesor se le respeta sin pisar ni siquiera su sombra». Sería impensable que en Corea del Sur un padre se dirija a amenazar a un profesor. De hecho, es incluso impensable el que un padre ose a levantar la voz hacia un profesor. Partiendo de esa pequeña premisa (la cual marca una enorme diferencia en nuestro sistema) pasamos a las siguientes.



1. ¿Por qué ese respeto a la figura del profesor?

Para comenzar, la figura del profesor, en Corea del Sur es muy distinta, pues es un profesor que eligió la vocación de enseñar sus conocimientos, y no una profesión de funcionario. De hecho, la figura de funcionario dentro de la cultura oriental no existe como tal, pues un funcionario únicamente debe cometer un error para ser castigado con el despido y no ser defendido ni por sus propios compañeros. En Corea del Sur, el honor por delante incluso de la vida.

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Es por eso que un profesor se convierte para un alumno en su «sensei», encargado de darle los conocimientos necesarios para convertirlo en una persona de provecho, y el estudiante está obligado desde antes de tener uso de razón a sobre-esforzarse para competir.

2. La vida es competición.

Cuanto antes enseñes a un hijo que la vida es una continua competición, antes estará preparado para competir. Competir por ser el primero de la clase, competir por un puesto de trabajo, competir por colocar su empresa por delante del resto, e incluso enseñarles el arte de la guerra aplicado a la vida, pues la vida trata de elaborar estrategias. Una persona sin una estrategia definida desde bien joven, es una persona sin rumbo o una persona que más adelante encontrará su camino, pero que ya ha perdido mucho tiempo.

3. Primera Competición: Ir a la mejor Universidad.

En Corea del Sur, la primera meta que un joven debe alcanzar en la vida, es ir a la mejor universidad posible, por lo que no es casualidad que Corea del Sur sea uno de los países que más universitarios «exporta» al extranjero. Es más, las mejores universidades de Estados Unidos se rifan a los chicos de Corea del Sur para que elijan sus universidades.

A cambio, el joven universitario promete no estudiar esa carrera para ser un trabajador de una gran corporación, sino para ser el dueño de una corporación, volver a su país, levantar una empresa, dar trabajo a miles de personas, y más adelante salir a «invadir» nuevos mercados. Tampoco es casualidad el que Oriente esté conquistando el mercado americano y europeo.

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4. Si eres el primero de la clase, serás el primero en la vida.

En Corea del Sur, ser el segundo significa que encabezas la lista de los perdedores. No existe medalla de plata o bronce para un coreano, y hemos podido comprobar en los juegos olímpicos cómo el recibir la medalla de bronce, no hacía que los coreanos celebraran la victoria, ya que realmente no habían ganado.

Hasta qué punto es importante la educación en Corea del Sur, que tiene los exámenes de acceso a la universidad más exigentes del planeta, pues intentan asegurarse de que únicamente lleguen las personas válidas y preparadas. Por otra parte, hasta qué punto consiguen preparación teniendo el dato de que el 60% de los coreanos tiene una carrera universitaria.

5. Educación, preparación y educación.

El Gobierno de Corea del Sur dedica casi el 7% del PIB a la educación. No obstante, con ésta gran inversión no es suficiente para las familias coreanas, pues los colegios públicos, aún siendo gratuitos, reciben un donativo de las propias familias. Ahí no queda todo, y es que el 90% de las familias coreanas gasta de media unos 400 euros al mes en academias privadas fuera de horario escolar.

Incluso el Gobierno intentó prohibir las clases privadas en los años 80, aunque en Corea, todo consiste en la superación constante, y si para vencer debes esforzarte más que tu rival, así se hará.

A menudo se ha criticado el espíritu competitivo de Corea, pues en algunas ocasiones hemos visto a niños de 7 años que son recluidos para representar a su país en los juegos olímpicos llevando una vida más estricta que la del propio ejército de los Estados Unidos, aunque en Corea, si les quitamos la constante competición, les quitamos la razón de ser.

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Si consiguiéramos aplicar una décima parte de ese espíritu de competición y superación en nuestra cultura, algo cambiaría, y seguro que positivamente.

A. Carlos González
Autor de "Cenizas de Prosperidad", Apasionado de las ventas, las finanzas, estratega empresarial, entusiasta del desarrollo personal y algunas cosas más

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