Alguien dijo una vez que uno de los mejores talentos que se podían tener, era el saber contar historias, y probablemente, el fundador de la Cienciología, L. Ronald Hubbard, tuviera muy bien cultivado este talento.
HBO ha creado un documental sobre esta «iglesia», secta o religión, centrándose en las acusaciones y escándalos de abuso y manipulación por parte de la Cienciología. En el documental se hace un repaso increíble, muy bien documentado sobre la verdadera vida de su fundador, sobre los inicios de la Cienciología y sobre cómo Hubbard únicamente tenía un propósito con la creación de esta iglesia: ganar dinero y crear un negocio muy rentable de forma inteligente.
Recordemos que en la actualidad, la Cienciología cuenta con 50.000 fieles, entre los que se encuentra en un puesto de honor incluso el actor Tom Cruise, entre otros.
Pero Hubbard no era un Dios terrestre, ni tenía poderes ni nada por el estilo. Más bien todo lo contrario.
Esta es la verdadera historia de la vida del fundador de la Cienciología.
Después de abandonar la Universidad en 1932, Hubbard, nativo de Nebraska (EE.UU) comenzó su carrera como escritor de obras de ficción por las que cobraba un centavo de dólar por palabra.
Hubbard tiene un récord Guinness mundial al haber publicado más de 1.000 libros, según el documental.
También es el autor más traducido en todo el mundo.
La mayor parte de sus libros trataban de ciencia ficción, especialmente sobre misiones en el espacio, temas que más tarde usaría en la Cienciología y elaboraría sus propias teorías sobre cómo comenzó el mundo.
Pero antes de comenzar el negocio de la Cienciología, Hubbard fue un oficial de la Marina, siendo su servicio militar una parte a la que le dio mucha importancia dentro de la iglesia, jactándose de sus múltiples medallas y su participación en las principales batallas durante la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, el documental de HBO ha tenido acceso a sus registros militares, y han encontrado que la mayor parte de su servicio militar tuvo lugar en los propios Estados Unidos.
Hubbard presumía de haber hundido dos submarinos japoneses, pero según su historial militar, únicamente abrió fuego a lo que resultó ser un tronco caído y algunas rocas bajo el agua. Eso sí, bombardeó por accidente una isla mexicana y fue relevado de su mando.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial, Hubbard se trasladó a Los Ángeles, y se hizo muy amigo de un ingeniero de cohetes, al cual le quitó la novia, una joven 13 años menor que él, llamada Sara Northrup.
Según el testimonio de esta mujer, Hubbard la cortejó diciéndole que era un héroe de guerra, capitán de un barco que fue derribado en el Pacífico. Según el mismo testimonio, también le dijo que pasó varias semanas en una balsa, cegado por el sol y con la espalda rota debido a la guerra.
Según los registros militares, las únicas enfermedades que Hubbard tuvo en tiempos de guerra fueron una artritis leve y conjuntivitis.
La relación de la pareja no iba bien, y según la película, durante una pelea, Hubbard le dijo a su novia que se suicidaría si ella no se casaba con él. Y con tal proposición de matrimonio, en 1946, se casaron y tuvieron una hija.
En 1950, toda la familia se trasladó a New Jersey, donde Hubbard comenzó a escribir el libro «Dianética: El poder del pensamiento sobre el cuerpo», el cual es la base sobre la que se sustenta la Cienciología.
El principio básico de Dianética es que el cerebro registra cada experiencia y evento de la vida de una persona, sea bueno o malo. Las malas experiencias son lo que el libro se refiere como «engramas», y que podrían perjudicar supuestamente a una persona si estos engramas siguen ahí durante nuestra vida.
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Pero gracias a la Cienciología, se pueden auditar esos engramas y ser borrados, lo cual nos daría una mente que funciona perfectamente.
Y lo cierto es que dicho de esta forma, incluso un psicólogo estaría de acuerdo en que los recuerdos y experiencias negativas nos pueden afectar en nuestra vida, por lo que la teoría de Hubbard fue bien acogida por el público. Pero había un problema, y es que no estaba ganando dinero.
Nació el rentable negocio de la iglesia de la Cienciología
Aunque en diferentes entrevistas, Hubbard dijo que su única intención era ayudar a la gente empleando los grandes conocimientos de la mente que había adquirido y usando su efectivo método, lo cierto es que los escritos de su mujer revelan todo lo contrario.
Según estos escritos, Hubbard le dijo a su mujer: «la única forma para ganar mucho dinero es crear una religión, pues teniendo tu propia religión, puedes tener grandes ingresos y el Gobierno no te quita impuestos» (véanse otras religiones).
Dianética se convirtió en un fenómeno cultural consiguiendo llenar auditorios dispuestos a pagar por escuchar esa cura para los males psicológicos de la humanidad.
Según los escritos de su mujer, en aquella época (año 1950), algunas personas pagaban hasta 500 dólares por formarse en Dianética. Su mujer reconoce que se sentía como si estuviera robando a la gente.
Cuando Hubbard pasó de hombre a Dios.
Su mujer describió cómo Hubbard, con una gran legión de seguidores cada vez más numerosa, comenzó realmente a creerse que era un salvador de la humanidad, un héroe más allá de lo terrenal, una especie de dios.
Ella le amenazó con dejarlo si éste se negaba a pedir ayuda psiquiátrica. Pero la respuesta de Hubbard fue huir a Cuba con su hija sin el consentimiento de su madre.
Según algunos testimonios, Hubbard no podía cuidar de su hija, por lo que la tuvo durante un tiempo en una especie de jaula, hasta que más tarde le dio su hija a una mujer con problemas mentales.
Hubbard llamó a su mujer para decirle que había matado a su hija, cortándola en pedacitos y echando los restos al río. Más tarde la volvería a llamar para decirle que su hija estaba viva.
En 1951, Hubbard accedió a concederle el divorcio a su mujer, y se le concedió a ella la custodia total de su hija.
En 1952, la popularidad de Dianética pasó y Hubbard se convirtió en un desesperado por el dinero, al no haber conseguido guardar nada de lo que ganó.
Fue cuando comenzó a integrar las ideas del libro en algunas creencias y prácticas que más adelante llamaría Cienciología. Pagando una cuota, una persona podría ir escalando a niveles superiores. A niveles más altos, cuotas más altas.
La Cienciología comenzó con 38 personas en una habitación escuchando cómo Hubbard dictaba fragmentos de Dianética.
En la actualidad ya son alrededor de 50.000.
A finales de 1960, se comenzó a investigar a Hubbard por evasión de impuestos, por lo que huyó para alta mar. Allí creó la «Organización del Mar», que se convertiría en el clero de la Cienciología, y donde los miembros declararían su lealtad a la iglesia mediante la firma de contratos de miles de millones de años.
Dicho de otra forma, si entras en la Cienciología, te lo pondrán difícil para salir.
De hecho, según el documental, Hubbard comenzó a crear sanciones para aquellos que se alejaban del camino de la Cienciología o cometían algún tipo de error. El castigo era lanzarlos desde al mar junto al barco.
A mediados de la década de 1970, los barcos de Hubbard ya no eran bien recibidos a la hora de atracar en los puertos del Mediterráneo, por lo que se fue a Florida y allí vivió en la clandestinidad el restod e su vida.
La iglesia también fue perseguida por el FBI, y en 1979, como resultado de numerosas redadas policiales, 11 personas de la iglesia fueron declarados culpables de obstrucción a la justicia, allanamiento de las oficinas del gobierno, robo de documentos y bienes del Estado.
El 24 de enero de 1986, Hubbard murió de un infarto a los 74 años, aunque éste no resucitó.
Fue cuando David Miscavige tomó el control de la Cienciología, convirtiéndose en su presidente, cargo que actualmente mantiene. El negocio ha seguido creciendo dentro de esta iglesia, y ahora son más grandes que nunca, habiéndose expandido por otros muchos países, incluido España.
No se sabe exactamente la riqueza que esta iglesia ha alcanzado, aunque sí que se sabe que han acumulado propiedades de bienes raíces que se cifran en cientos de millones de dólares.
«La Cienciología es un viaje a la mente de L.Ronald Hubbard, y cuanto más te metes en ello, más como L.Ronald Hubbard te vuelves», reza un escrito en el documental que cada persona debe interpretarlo a su manera.
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